Oceana pide el fin del combustible subvencionado para barcos con motores ilegales

La organización de conservación marina denuncia que más de 40 arrastreros del Mediterráneo usan motores ilegales hasta 6 veces por encima de la potencia permitida.

Press Release Date: diciembre 17, 2013

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Investigadores de Oceana han llamado la atención sobre más de 40 embarcaciones de arrastre de fondo que faenan en el caladero del mar Mediterráneo con motores por encima de la potencia legal permitida en este área. Según varias fuentes, esta flota utiliza motores con potencias que pueden oscilar entre los 1500 y los 3000 caballos, muy por encima de los 500 cv permitidos para el Mediterráneo por el Real Decreto 1440/1999. Los barcos con motores ilegales consumen más combustible que aquellos con motores según lo establecido por la ley, por lo que reciben más ayudas del Gobierno español para paliar el alza del precio del gasoil.

En total, 40 arrastreros de fondo figuran en el Censo español de la flota pesquera operativa, y en el Registro Comunitario con potencias superiores a los 500 CV para el caladero Mediterráneo. La mayoría de ellos operan en los puertos catalanes de Ametlla, Palamós, Tarragona, Blanes y Roses. Una mayor potencia en los motores permite a estas embarcaciones ir a mayores profundidades y faenar en caladeros más prometedores.

Si bien solo se ha podido constatar estas declaraciones en 40 unidades, es “vox-populi” que la flota arrastrera del Mediterráneo no respeta de forma generalizada la legislación vigente en lo relativo a la potencia de los motores. 

El arrastre de fondo es uno de los artes de pesca más destructivos que existe. En el Mediterráneo especies como la gamba roja, la merluza, el salmonete o la cigala son objetivo de esta pesquería. Estos stocks en el Mediterráneo se encuentran ya completamente explotados o sobreexplotados. Pero este no es el único problema que representa. El uso del arrastre de fondo implica elevadas tasas de capturas accidentales, que en la mayoría de los casos se tiran directamente por la borda en lo que se conoce como “descartes”, y que en algunos casos pueden superar más de un 75% del total de capturas.  Por otra parte, las puertas metálicas o de madera que se incorporan en el arte destruyen el fondo marino y los ecosistemas que contiene, incluyendo fondos de coralígeno y fanerógamas marinas.

El principal problema de este arte de pesca es que implica un consumo elevado de combustible, y la dependencia de las subvenciones para obtener rentabilidad de estas pesquerías.

“Una gran parte de la flota de arrastre de fondo está pescando con motores ilegales, con potencias hasta 6 veces superiores a lo permitido por ley, en unos caladeros exhaustos y destruyendo unos ecosistemas de alto valor ecológico. Es necesario tomar medidas al respecto”, ha declarado Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana para Europa. ”Estas flotas han de ser rápidamente reestructuradas y el Gobierno español tiene que garantizar que el dinero de los contribuyentes no se destina a financiar el combustible de motores ilegales”, concluye Pastor.

Con la reciente distribución de ayudas al sector pesquero en España, bajo el marco de “minimis”, los arrastreros pueden destruir el fondo marino con combustible gratis casi un día por semana. La última huelga del sector pesquero, durante la cual se llevaron a cabo bloqueos en los puertos para presionar al Gobierno para la obtención de ayudas al combustible, se llevó a cabo hace 3 años, y los precios del combustible continúan aumentando. 

“Esta sinrazón debe terminar, las subvenciones al combustible reavivan pesquerías que deberían ser reestructuradas porque no son viables de por sí, tanto económica como ecológicamente son totalmente irracionales”,  ha afirmado Anne Schroeer, economista de Oceana, “primero la flota debe ser gestionada de forma efectiva, y una vez asegurado el cumplimiento de la legislación y la eliminación de la sobrecapacidad, las pesquerías pueden volver a ser rentables de por sí.”

Oceana pide al Gobierno español que revise el censo nacional de la flota pesquera operativa, que los motores sean inspeccionados y que las subvenciones concedidas sean reembolsadas en caso de incumplimiento de la potencia legal de los motores. Oceana también hace un llamamiento para poner fin al combustible subvencionado en el sector pesquero y pide que los programas de ayudas sean sustituidos por otros más inteligentes y de visión a largo plazo para la reducción de la sobrecapacidad de la flota y para promover artes de pesca menos dependientes del gasoil.