La Secretaría General de Pesca ignora los consejos científicos y envía arrastreros a aguas profundas de Marruecos

Los científicos de España y Marruecos proponen cautela y la utilización exclusiva de barcos de palangre.

Press Release Date: agosto 19, 2013

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La Secretaría General de Pesca Marítima del Ministerio de Agricultura y Pesca (SGPM) ha vuelto a hacer oídos sordos a las advertencias científicas sobre los sistemas de gestión y pesca en el caladero marroquí. Al no sentirse satisfecha con las recomendaciones de los institutos oficiales de investigación pesquera de ambos países (que recomendaban la exclusión de la pesca de arrastre en ese caladero) la Secretaria ha puesto en marcha una campaña alternativa de prospección por medio de buques arrastreros comerciales.

En noviembre de 2004, bajo la campaña MAROC-0411, El Instituto Español de Oceanografía (IEO)–máximo organismo de investigación pesquera de España-, conjuntamente con el Instituto Nacional de Investigaciones Haliéuticas de Marruecos (INHR), realizó prospecciones pesqueras en el talud y zona abisal comprendida entre los cabos de Agadir y Bojador, a bordo del buque de investigación Vizconde de Eza.

Los resultados del IEO y el INHR son unánimes. Los recursos pesqueros de la zona son muy limitados y solo una controlada pesquería experimental podría iniciarse sobre algunas especies de profundidad, pero con artes selectivas y con una extracción limitada de biomasa. Así, se propone un número pequeño de embarcaciones de palangre de fondo para la captura de merluza de Senegal, brótola y sable negro.

Se descarta totalmente la introducción de buques de arrastre de fondo y de redes fijas de fondo por el impacto que podrían suponer sobre el ecosistema bentónico y por las limitaciones del stock que podrían convertir a esta pesquería en insostenible en pocos años.

Oceana considera que las limitaciones expuestas por el IEO y los científicos marroquíes marcan un buen camino de entendimiento y de gestión pesquera razonable, por lo que lamenta que la SGPM rompa este consenso.

“La Secretaría General de Pesca quiere ignorar estos consejos científicos y pretende repetir el estudio tantas veces como sea necesario para satisfacer los intereses de las compañías dedicadas a la pesca de arrastre, cuyos armadores ejercen una  gran influencia en la política pesquera española”, ha declarado el biólogo pesquero Xavier Pastor, Director de Oceana en Europa.

La zona estudiada tiene una topografía muy interesante con importantes montañas marinas, volcanes, cañones y escarpes que crean hábitats muy ricos pero también de gran vulnerabilidad. Entre estas destacan las importantes montañas y volcanes submarinos frente a Cabo Juby o el Cabo de Agadir.

Por otra parte, en algunos de estos montículos, volcanes y montañas marinas se han encontrado arrecifes de corales de aguas profundas. Se cree que muchos de estos arrecifes se encuentran en buen estado de conservación y cubren amplias zonas de estos fondos marinos. Este tipo de arrecifes tarda miles de años en formarse ya que su crecimiento es extremadamente lento. En distintas zonas de Europa, la utilización de la pesca de arrastre ha dañado ya entre los 30% y 50% de estos importantes ecosistemas, provocando una gran pérdida de biodiversidad y productividad marina.

Recientes estudios en las aguas atlánticas marroquíes han encontrado importantes zonas submarinas con una amplia actividad volcánica. Un poco más al norte de la zona estudiada por el IEO y el INHM, se halla el escarpe de Pen Duick, donde pueden encontrarse diversos montículos carbonatados, volcanes de barro gigantes y filtraciones de gases.  Esta zona ha sido recientemente descubierta y goza de gran interés científico por la alta actividad microbiana detectada, lo que podía dar lugar a la identificación de nuevas especies de bacterias aún desconocidas.

Naciones Unidas menciona a la pesquería de sable negro con palangre en el Atlántico como uno de los escasos ejemplos de capturas de especies de profundidad que se han realizado de forma sostenible desde hace más de 300 años.

Oceana pide que la gestión pesquera sea especialmente cuidadosa y escrupulosa al tratarse de especies de profundidad muy sensibles a la explotación, como el sable negro (Lepidopus caudatus) o la brótola (Phycis spp.), o por ser especies que han sido sobreexplotadas o incluso agotadas en otras áreas, como es el caso
de la merluza negra (Merluccius senegalensis).

Además, la organización internacional para la conservación de los océanos valora muy positivamente la colaboración científica hispano-marroquí para buscar alternativas a la mala situación pesquera y que los criterios ambientales y de sostenibilidad sean un factor fundamental de sus planteamientos.