Islas Canarias

 

El archipiélago canario está situado frente a las costas del Sáhara Occidental, al norte de las islas Cabo Verde. Esta situación le confiere un clima subtropical perfecto que facilita el desarrollo de especies y hábitats muy particulares, donde se mezclan especies tropicales y meridionales, además de un nutrido número de especies autóctonas.

El estudio de los hábitats y especies marinas en las islas Canarias es muy escaso y limitado a pocos metros de profundidad. Su estrecha plataforma continental ha limitado el conocimiento de los ecosistemas más allá de unas pocas millas. Un ejemplo claro de esto es la superficie marina protegida no llega al 1%, lejos del 10% que exige el Convenio de Biodiversidad Biológica de Naciones Unidas.

Por otro lado, el carácter periférico de Canarias hace que el comercio pesquero internacional sea importante, ya que es el puerto comunitario más cercano al África occidental y la zona atlántica, donde se llevan a cabo importantes pesquerías de tiburón, entre otras especies. La actividad no siempre es legal en puertos como el de La Palma, donde las descargas de arrastreros y grandes palangreros de diversas naciones no siempre tienen garantías de sostenibilidad pesquera.

Por estos motivos, Oceana y la Fundación Biodiversidad, llevaron a cabo en 2009 una campaña a bordo del Oceana Ranger, gracias a la cual se descubrieron ecosistemas fascinantes y especies nunca antes observadas en las aguas del archipiélago. Para ello, submarinistas profesionales equipados con cámaras de fotos y video realizaron inmersiones poco profundas cerca de costa, mientras que en zonas profundas y en montañas submarinas alejadas, como en los banco de Amanay y Banquete o en las montañas del Sáhara, al sur del archipiélago, Oceana utilizó un robot submarino (ROV), capaz de descender hasta los 700 metros de profundidad, para grabar las especies y hábitats marinos existentes.

Para el análisis de la información y la identificación de las especies documentadas Oceana ha contado con la colaboración de expertos y científicos del archipiélago. Tras los estudios, Oceana y Fundación Biodiversidad han propuesto la protección de nuevas zonas con lo que se alcanzaría el 15% de su superficie marina protegida.

Dentro de estas 42 medidas se enmarca la colaboración de Oceana con entidades como Ecoocéanos, Oceanográfica, la Plataforma para la Defensa del Litoral del Sureste de Gran Canaria, UNESCO o la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en la declaración de “Micro Área Marina Protegida de Arinaga”, Gran Canaria. El espacio propuesto englobaría una pequeña franja marina desde Punta de Sal hasta la Playa del Cabrón, con una superficie de aproximadamente 132 hectáreas (1,32 km2) en el límite norte de la Zona de Especial Conservación de Playa del Cabrón. La Micro-Área Marina tendría como objeto potenciar la conservación de los recursos naturales del municipio potenciando usos y actividades sostenibles.

Más información sobre el proyecto de declaración de “Micro Área Marina Protegida de Arinaga”

 

Propuesta de Oceaana

La propuesta de Oceana y de la Fundación Biodiversidad recoge una batería de 42 medidas que dan respuesta a las exigencias de la Unión Europea. La iniciativa supone crear una red coherente de Áreas Marinas Protegidas (AMP) que permite además proteger numerosas especies y hábitats que actualmente no cuentan con ningún tipo de gestión enfocada a su conservación. Así, por ejemplo, se incluyen muchas especies amenazadas como la gorgonia blanca, el caballito de mar, el mero gigante, los tiburones de profundidad, las tortugas marinas y algunas ballenas, como la azul y la franca.

Entre las 42 medidas propuestas por Oceana y la Fundación Biodiversidad destacan también otras enfocadas a la gestión adecuada de los recursos marinos y la conservación de los ecosistemas marinos:

– Proteger especies y hábitats de gran importancia ecológica y amenazados como los sebadales (Cymodocea nodosa) mediante su inclusión en el Catálogo Canario de Especies Protegidas y desarrollar medidas específicas de gestión que eviten su continua regresión.

– Convertir las aguas canarias en un santuario de tiburones, rayas y quimeras.

– Reducir la presión pesquera sobre los recursos sobreexplotados y mejorar los sistemas de control y registro de esta actividad.

– Prohibir cualquier tipo de sondeo exploratorio destinado a las explotaciones de petróleo y gas en las costas canarias.

– Fomentar y desarrollar las energías renovables de las islas, como las energías del viento y de las olas.

 

Enspecies en peligro

El Gobierno canario creó un listado de especies cuya captura está prohibida, entre las que se incluyen crustáceos como la langosta herreña (Palinurus echinatus), moluscos del género Charonia spp., o especies ictias como el pargo (Lutjanus goreensis), la morena (Gymnothorax miliaris), etc., aunque este listado únicamente tiene fines comerciales.

A pesar de que existe un consenso internacional sobre la necesidad de actuar para proteger las especies marinas, de las 5.232 conocidas en Canarias, según un informe publicado en 2003 por el Gobierno autonómico, tan sólo el 0.2% están consideradas en el nuevo Catálogo Canario de Especies Protegidas. 

 Pese a las importantes poblaciones que habitan las aguas canarias, este catálogo no contempla especies cartilaginosas tan importantes como el tiburón ballena (Rhincodon typus), el angelote (Squatina spp.), martillo (Sphyrna spp.), zorro (Alopias spp.), marrajo (Isurus spp.) o cazón (Galeorhinus spp), muchas de ellas explotadas comercialmente por su carne o productos derivados.

Lo mismo ocurre con organismos sésiles como los corales, gorgonias y casi todas las esponjas que aparecen en las aguas canarias. En el caso de las gorgonias rojas (Paramuricea clavata), corales negros (Anthipates spp.) o corales naranja (Astroides calycularis), sufren la desprotección por la escasa superficie de mar protegida en las islas.