Hábitats marinos en el Mediterráneo

 

 

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El mar Mediterráneo representa una importante zona de alimentación y de desove para gran cantidad de especies pesqueras. El atún rojo del Atlántico oriental desova en el Mediterráneo convirtiendo a las aguas de las islas Baleares en un lugar clave para su supervivencia. Aquí encontramos también a muchos mamíferos marinos, algunos de ellos en claro peligro de extinción.

Las aguas profundas del Mediterráneo son las zonas más sorprendentes de este mar. Históricamente han sido zonas desconocidas, y tan solo contamos con las pesquerías en aguas profundas y con escasos trabajos de investigación científica que nos revelan información sobre los hábitats y especies que viven en estos fondos marinos. La urgente necesidad de proteger los océanos ha estimulado recientemente la investigación en estas zonas y los resultados son sorprendentes: jardines de gorgonias, bosques de laminariales, coral bambú y fondos de maërl, lechos de esponjas de aguas profundas e impresionantes comunidades coralinas están siendo identificadas y documentadas y se encuentran todavía en buen estado de conservación, aunque seriamente amenazadas.

Oceana ha defendido desde el principio la importancia biológica y la vulnerabilidad de estos ecosistemas y las fanerógamas marinas, las comunidades coralinas y los fondos de maërl han logrado una protección frente a las prácticas pesqueras destructivas.

A finales de 2017, se ha declarado la protección en el Mediterráneo de cuatro especies de coral de aguas profundas fruto del respaldo científico y la labor de defensa y divulgación de Oceana. El Convenio de Barcelona, una convención marina regional dependiente de la ONU y formada por 22 estados miembros, votó a favor de añadir cuatro especies de coral más (el coral cresta de gallo, el coral candelabro, el coral árbol amarillo y el coral bambú) a la lista de especies en peligro o amenazadas del mar Mediterráneo. Esta acción protegerá a estos animales y ayudará a garantizar la supervivencia de la vida marina que vive y depende de estos jardines de coral submarinos.

El Mediterráneo es uno de los centros de biodiversidad del planeta pero el retraso en su consideración como Zona Marina Protegida (ZMP) ha llevado a una pérdida acelerada de su biodiversidad, en algunos casos posiblemente irreversible.

En 2011, Oceana lanzó la campaña Oceana MedNet, la primera propuesta integral para la creación de una red de ZMP en el Mediterráneo que se centra en las zonas de aguas profundas detallando lugares específicos. La propuesta incluye 100 lugares distribuidos a lo largo de la cuenca mediterránea que ocupan una extensión de más de 200.000 km². Contiene espacios de gran diversidad como montes marinos, zonas costeras, cañones, laderas, fosas, cordilleras, volcanes de lodo, filtraciones de gas, montes de carbonato, etc. Aunque estos hábitats son menos conocidos que las praderas submarinas o los arrecifes de coral, son igualmente importantes.