¿Cómo afecta a los océanos la crisis nuclear de Japón?

 

Aunque existen muchos interrogantes, podemos afirmar lo siguiente:

¿Cómo afecta a la vida marina?

La mayor amenaza para la vida marina proviene de la radiación de cesio, estroncio y del yodo radiactivo, que entran en contacto con el mar a través del humo y de las fugas de agua contaminada  de las instalaciones dañadas. Pequeñas dosis de radiación se extienden sobre el Océano Pacífico, e incluso las estaciones de medición de la Costa Oeste de los EE.UU. han registrado restos de radiación en suspensión.

Aunque se han incrementado los niveles de cesio y de yodo radiactivo en las inmediaciones de la planta y se han detectado cantidades pequeñas de radiación en las capturas anchoa local (1 por ciento de los niveles aceptables), no es seguro que esto suponga un impacto significativo a largo plazo en la vida marina, según afirman los investigadores que estudiaron los efectos en el mar de las pruebas de armas nucleares en el Pacífico y del accidente nuclear de Chernobyl.

Sin embargo, en algunos casos la radiación en los océanos puede perdurar hasta 50 o 60 años y no se podrá medir el verdadero impacto en la vida marina y la pesca hasta dentro de algunos años.

¿Cómo afecta a la industria pesquera japonesa?

La industria pesquera japonesa está en punto muerto ya que varios países han dejado de importar pescado japonés Las autoridades de este país están llevando a cabo pruebas para determinar la seguridad de sus productos, uno de los motores económicos de Japón.

¿Cómo afecta al modelo energético?

La crisis nuclear en Japón muestra cómo nuestro modelo energético afecta al medio marino. Damos por hecho que los océanos son capaces de absorber los contaminantes que arrojamos a la atmósfera, como por ejemplo,  las 25 millones de toneladas de dióxido de carbono originadas por la quema de combustibles que absorben los océanos cada día, y pasamos por alto cómo esto provoca cambios a largo plazo, como la acidificación de los océanos.

La alerta nuclear en Japón y la amenaza sobre grandes poblaciones, la pesca y la vida marina muestran la creciente necesidad de aumentar la eficiencia energética y la transición a energías limpias como la energía eólica marina, que mitiga el cambio climático y no supone ninguna amenaza ni para los océanos ni para la sociedad.