Especies en Peligro: Tortugas Marinas

 

Tortuga verde (Chelonia mydas)

La Tortuga verde es otra de las especies protagonistas en el Mediterráneo y junto con la tortuga boba es la que sufre mas frecuentemente capturas accidentales o accidentes con embarcaciones. La UICN cataloga esta especie “en peligro” y está incluida en la Dirtectiva Hábitat, CMS y Convenio de Barcelona. Sin embargo, su estado de conservación no presenta signos claros de recuperación. Los vertidos que sufre el Mediterráneo afectan directamente a esta especie, pero también inciden sobre sus hábitats, su alimentación y reproducción, convirtiéndose en otro factor añadido, además de las capturas accidentales, que merma las posibilidades de recuperación de esta y otras especies marinas en Europa.

 
 

Tortuga carey (Eretmochelys imbricata)

Las tortugas carey están en peligro de extinción y figuran como especies “En Peligro” en la Directiva de Hábitats y el Convenio de Barcelona. La principal amenaza para la recuperación de esta especie es la captura y matanza de estos ejemplares por su valioso caparazón, que se utiliza para hacer pinzas de pelo, peines, joyas y arte decorativo. Aunque el comercio legal internacional de los caparazones de tortugas carey fue prohibido en 1994, Cuba ha presionado recientemente para reabrir su mercado.

En todo el mundo se siguen capturando tortugas carey En el Pacífico, la matanza intencionada de tortugas marinas es un problema importante en Samoa Americana, el territorio de Guam, la República de Palaos, las Islas Marianas del Norte, Micronesia y las Islas Marshall. En varios países americanos aún se permite su captura, como en las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán, Cuba, Haití y las Islas Turcas y Caicos. Aunque la matanza de las tortugas carey y la captura furtiva de sus huevos son ilegales en la República Dominicana y Jamaica, sus productos se siguen comercializando. Estas capturas repercuten en la presencia de esta especie en aguas europeas, ya que es altamente migratoria, y se suman por tanto a los peligros que corren en aguas Mediterráneas.

Tortuga laúd (Dermochelys coriacea)

En 1982 los científicos calcularon que había unas 115.000 ejemplares de tortugas laúd hembras en todo el mundo. Actualmente se calcula que hay entre 20.000 y 30.000. La tortuga laúd del Pacífico se encuentra en un declive tan importante que los científicos creen que se extinguirá del Océano Pacífico en los próximos 30 años, a menos que se hagan cambios importantes para protegerla de manera rápida. Las capturas accidentales producidas por los aparejos de pesca, la caza furtiva de huevos y la ingestión de plásticos contribuyen a que las tortugas laúd figuren como en peligro de extinción. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza cataloga esta especie en “Peligro crítico” y figura en varios listados europeos e internacionales de protección. Sus amenazas provienen del las capturas accidentales, principalmente del arrastre y de palangreros, sobre los que actualmente se están desarrollando proyectos para tratar de minimizar estas capturas. La destrucción de sus hábitats también limita su desarrollo.

 
La tortuga boba (Caretta caretta)

Las tortugas boba están incluidas en la lista de animales amenazados en peligro de extinción de la Directiva de Hábitats, el Convenio de Barcelona y el Convenio de Especies Migratorias . Su población está disminuyendo rápidamente. Las tortugas boba, al igual que otras especies de tortugas marinas, se enfrentan a muchas amenazas tanto naturales como provocadas por el ser humano. Los científicos han determinado que las capturas accidentales y la pérdida de hábitats de puesta son las principales causas de su declive. La tortuga boba es la especie más representativa de familia de los quelonios en el Mediterráneo. Las zonas mas importantes de puesta para esta especie se localizan en el Mediterráneo Oriental. Sin embargo, la fuerte presión que sufre la costa y el uso turístico de las playas mediterráneas pone en riesgo su éxito reproductivo, que además coincide con el época estival. El riesgo se incrementa exponencialmente debido a que la tortuga boba regresa  a desovar al mismo punto en el que nacieron.

Cada año, se hieren o matan a decenas de miles de tortugas boba en el Océano Atlántico y el golfo de México por culpa de artes de pesca destructivos, como las redes de arrastre, las redes de deriva y los palangreros. También las pesquerías comerciales que utilizan líneas verticales, cercos, dragas y diferentes tipos de trampas y nasas capturan a estas tortugas. En el Océano Atlántico, la mayor parte de la puesta se realiza en la costa sudeste de los EE UU, pero las tortugas boba también desovan en la costa este del Atlántico y la costa occidental del Atlántico Sur. Todas las poblaciones que desovan en el Atlántico están experimentando un gran declive, según la información disponible. Este descenso de población es aún más importante en el Sur de Florida, donde en la última década se ha registrado una disminución del 40% del número de ejemplares.

La tortuga olivácea (Lepidochelys olivacea)

Las tortugas oliváceas, que deben su nombre a su caparazón de color aceituna, se encuentran en situación de peligro. La disminución de esta especie se debe principalmente a su captura en pesquerías comerciales, la pérdida de los hábitats de puesta, la matanza continua de adultos y la captura furtiva de huevos.

 
 
 
 
 
 
 
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