Overview
Oceana está trabajando para mantener los océanos libres de mercurio, aceite y otros contaminantes que amenazan los hábitats marinos, la vida silvestre y los seres humanos.
La vida marina y los ecosistemas oceánicos se ven amenazados por el interés que ha resurgido por las perforaciones petrolíferas en alta mar tras un período de precios elevados de la gasolina. Este tipo de explotación aumenta el riesgo de contaminación petrolera tanto para la fauna y la flora como para las personas y, además, contribuye a unas grandes pérdidas económicas en caso de accidente y al cambio climático. Los riesgos son especialmente graves en elÁrtico, un ecosistema único y frágil en el que ya se lleva a cabo la explotación petrolífera y donde hasta un pequeño derrame de crudo podría resultar imposible de limpiar.
El consumo de petróleo es uno de los principales causantes del cambio climático y de la acidificación de los océanos, dos graves amenazas a las que se enfrenta el mar. En 2006, el consumo de petróleo dio cuenta de casi el 45% de las emisiones de dióxido de carbono de Estados Unidos. La crisis climática del planeta seguirá empeorando a menos que adoptemos rápidamente una economía basada en energías renovables.
La Prevención de la Contaminación de Mariscos
La campaña que Oceana desarrolla en EE UU para detener la contaminación marina de mercurio trabaja para que los grandes supermercados incluyan la advertencia de la FDA sobre la presencia de mercurio en el pescado. Además se pretende que las plantas de cloro que todavía usan mercurio adopten una tecnología libre de mercurio. Desde que empezó la campaña, centenares de grandes supermercados han empezado a exponer la advertencia y varias fábricas de cloro han cerrado o se han pasado a otras tecnologías más limpias.
Regulación de Gases de Efecto Invernadero
Oceana trabaja para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero procedentes de la industria naval, y solicita a los gobiernos que regule dichas emisiones. Junto a Earthjustice, Amigos de la Tierra y el Centro para la Diversidad Biológica, Oceana presentó en octubre de 2007 una petición en EE UU para que se regulasen esas emisiones. Al no obtener respuesta, en julio de 2008 Oceana, junto con la coalición de grupos medioambientales y los fiscales generales de varios estados norteamericanos, remitió una carta en la que advertía a EPA de un pleito inminente si no respondía a la petición