agosto 5, 2006
Buceo nocturno
Hay un poco de mar de fondo y el viento sopla del este, pero todavía tenemos buenas condiciones para trabajar. Posiblemente mañana el tiempo sea peor. Tenemos que aprovechar para seguir filmando la vida dentro de la pradera de Cymodocea nodosa. En los 10 metros de profundidad se encuentra el límite superior y los haces de esta planta cada vez están más dispersos. Desde aquí hasta la costa es zona fangosa.
Esta zona es la elegida por especies como el merillo (Serranus hepatus), los salmonetes de fango (Mullus barbatus), herreras (Lithognathus mormyrus) y las holoturías (Holothuria tubulosa). Por cierto, estas últimas están en época de reproducción y hemos podido encontrar varias de ellas en la típica posición erguida que adoptan para la freza.
Tampoco parece mal lugar para los gobios, como el de boca roja (Gobius cruentatus) o, incluso, el anémona (Gobius bucchichii), nunca muy lejos de su anfitriona la anémona común (Anemonia sulcata).
Por la noche la vida cambia en estos fondos. Los crustáceos toman el mando. Pequeñas gambas salen en busca de alimento y algunos cangrejos camuflados hacen que parezca que las algas andan. En especial, en la zona de maerl, da la impresión de que el lecho marino se mueve. Algunas especies más típicas de zonas de roca, como el congrio (Conger conger), también hace su aparición en la pradera. Algún que otro rascacio (Scorpaena porcus) y hasta moluscos como la oreja de mar (Haliotis tuberculata) tienen actividad.