Estamos teniendo muy buenas experiencias con las filmaciones. Hemos encontrado unos fondos de laminarias y maërl impresionantes, que albergan tanta vida como cualquier selva tropical. Trabajamos 12 horas al día sin descanso, 15 o 20 minutos para comer y listo, pero merece la pena. Ayer tuvimos que parar de trabajar durante más de una hora, porque un delfín se enamoró del ROV y no había manera de trabajar así. Los cámaras estuvieron filmándolo, fue amor a primera vista, nadaba junto al ROV sin separarse de él, le daba vueltas y le daba con el morro, sin hacer ningún caso a las personas.
Anoche nos acostamos con la sensación de que el día de hoy iba a ser totalmente contratrio a lo que ha sido. La “meteo” nos hizo pensar que no podríamos grabar una sóla imagen, pues con predicciones de vientos de fuerza 5 son pocas las esperanzas de trabajar en condiciones de seguridad, tanto para el personal, como para el equipo de filmación. Manejar un robot de 150 kilos a bordo de un catamarán no es fácil.
Recibidos los trajes secos de buceo, pues estas aguas no permiten chulerías, salimos del puerto de Sanxenxo en dirección a la isla de Ons (Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Altánticas) . Para nuestro regocijo, nos espera lo que se suele llamar “una balsa de aceite”. En 1 hora de inmersión de los 4 submarinistas frente a la playa Melida de la Isla de Ons se pudieron documentar muchas especies, entre otras:
Tras 8 dias de travesía, y 3 de puesta a punto amarrados en Vigo, conseguimos las primeras imágenes de los que prometen ser unos fondos interesantísimos.